Explore Flipsnack. Transform boring PDFs into engaging digital flipbooks. Share, engage, and track performance in the same platform.
From magazines to catalogs or private internal documents, you can make any page-flip publication look stunning with Flipsnack.
Check out examples from our customers. Digital magazines, zines, ebooks, booklets, flyers & more.
Pre-made templates to create stunning publications in minutes
Here are eight reasons why you should consider choosing interactive, digital flipbooks instead of boring and static PDFs. Check them out!
C MUNIDADES Página 2 K Productos Kosher con supervisión rabínica C MUNIDADES Periódico Judío Independiente www.comunidades.delacole.com periodicocomunidades@gmail.com Domicilio postal: Casilla de Correo Nº 43 - Sucursal 1453 - Capital Federal - Teléfonos: 4864-8738 (por la tarde) Comunidades On Line: periodicocomunidades.com Editores y Directores Dr. Alberto J. Rotenberg Prof. Natalio F. Steiner Diseño y composición: Andrea Boass ann.dgyart@gmail.com 152 2450003 Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitrias. Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico. Sin mencionar su origen. Las notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores. Registro Propiedad Intelectual: Nro. 206.708 AMIA recordó y homenajeó a los desaparecidos judíos Lic. Eduardo Alberto Chernizki / Analista comunitario Ziad Abu Ein y la varita mágica de Oslo Por Julián Schvindlerman / Analista político internacional Cierre de edición Nro. 577: 24/12/14 / OPINION / El pasado 9 de diciembre se llevó a cabo en AMIA, por decimo primer año consecutivo, el acto de homenaje y recordación a los desapare- cidos judío durante la última dictadura militar. Al finalizar el mismo, el presidente de la Asociación de Familiares Desaparecidos Judíos, Marcos Weinstein, agradeció a Abraham Kaúl y los presidentes de AMIA que lo sucedieron: Luis Grynwald, Guillermo Borger y al actual, Leonardo Jmelnitzky, por realizar anualmente el homenaje. En verdad ese agradecimiento -pronunciado cuando se habían apagado las luces del escena- rio luego de que el Coro Kennedy cantara tres canciones relacionadas directamente con el ho- menaje- es por demás significativo porque está indicando la continuidad de una actividad de AMIA, en un tema que en su momento fue muy conflictivo: la relación de la conducción de la institución con los familiares de los desapare- cidos judíos. En declaraciones a la Agencia Judía de Noti- cias – AJN, Abraham Kaúl explicó los motivos que lo llevaron a realizar el primer homenaje de AMIA a los desaparecidos judíos: “La comuni- dad judía no podía negar una parte de su historia, que tenía que ver con uno de los períodos más tristes de Argentina, cuando muchos jóvenes desaparecieron por la represión ilegal de un Es- tado que tendría que haber actuado de una ma- nera democrática. Cuando nos referimos a que hubo 30.000 desaparecidos y que 1.900 fueron de origen judío es un porcentaje enormemente alto cuando en Argentina los judíos son menos del uno por ciento”, para luego decir: “Hubo que trabajar mucho en nuestra comunidad y en la Comisión Directiva de AMIA para que se pudiera reconocer que era un acto necesario, y no de venganza. Era un acto de recordación, de reconocimiento, porque cada vez que los recor- damos, los traemos de vuelta a la vida”. Esto último fue muy bien expresado por quien represento a la AMIA en el homenaje que estamos comentando, su tesorero y presidente del Vaad Hakehilot, Ariel Cohen Sabban, cuan- do afirmó, según se trascribe en la página Web de Itón Gadol: “Fueron tiempos difíciles, en los cuales muchas de las puertas de las instituciones judías permanecieron cerradas, enmudecidas o entumecidas, sin la posibilidad de colaborar en la búsqueda desesperada de los familiares de desaparecidos. Su larga lucha continuó y hace más de diez años AMIA tuvo la inteligencia de abrir sus brazos y decirles: ‘la comunidad judeo argentina quiere estar junto a nosotros’, porque no sería justo decir ‘junto a ustedes’. Ustedes son parte de nosotros y nosotros somos parte de ustedes, formamos una sola sociedad y no nos olvidemos de que somos un mismo pueblo. Tal vez, el hecho de no haberlo realizado antes no tiene una justificación lógica, pero lo impor- tante es mirar hacia adelante. Lo importante es ver cómo AMIA tuvo esa inteligencia de darse cuenta de que un eslabón de nuestra comunidad estaba faltando, y tal vez eran de los que más sufrieron. El eslabón de aquellos familiares de desaparecidos que tal vez gritaban en las calles por sus hijos, sus nietos, sus familiares, pero no tenían la posibilidad de gritar en su casa. Y créanme que AMIA es su casa. Hoy es un orgu- llo para nosotros que, una vez más, como desde hace diez años, podamos estar acá todos juntos ejercitando la memoria y conmemorando, la- mentablemente, ese hecho trágico”. Al inicio del acto se proyectaron dos videos, el primero sobre la visita al Parque de la Memo- ria de alumnos pertenecientes a escuelas que in- tegran el Vaad Hajinuj (red escolar judía) donde dialogaban con familiares de los desaparecidos judíos y el segundo sobre el proyecto Eiduiot (Testimonios) en el que se entrevistas a padres, hermanos, familiares y amigos de judíos des- aparecidos para, de alguna manera, dejar testi- monio de sus vidas. Debo decir también que fueron muy emo- tivas las palabras pronunciadas por la señora Rosa Tarlovsky de Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, madre de Patricia Julia Roisinblit, quien fue secuestrada junto a su esposo José Manuel Pérez Rojo, cuando estaba embarazada de ocho meses, quien resaltó que en toda la actividad que viene realizando desde hace 37 siempre manifestó que es judía; y fue muy interesante la exposición del periodista y abogado Pablo Llonto, quien es un ex colabo- rador del Centro de Estudios Legales y Sociales y actual representante legal de 270 familias de desaparecidos, de las cuales 31 son judías, en once mega causas por delitos cometidos durante los años de la última dictadura militar. La sola mención de su nombre con- geló la atmósfera de aquella reunión que manteníamos, una colega norteamericana y yo, con un alto oficial de la Autoridad Palestina en la Franja de Gaza a fines de los años noventa. Estábamos cursando estudios de pos- grado en Israel cuando a ella le surgió la posibilidad de entrevistar a un cuadro de Fatah necesario para la monografía sobre el nacionalismo palestino que estaba es- cribiendo y como el asunto me interesaba, y además creía que una dama occidental no debía adentrarse sola en esos territorios inhóspitos, le ofrecí acompañarla. Recuer- do que el chofer que nos llevó desde la frontera gazatí hacia la oficina pública se declaró simpatizante de Hamas y atribuyó su cojera a la represión israelí durante la intifada . El oficial de la AP nos cubrió de retórica antisionista y victimización pales- tina y nos contó que su ceguera parcial se debía a una operación israelí en la Europa de antaño. Mientras escuchaba pasiva- mente las preguntas de mi compañera y las respuestas del palestino pensé que sólo los alucinantes Acuerdos de Oslo podían haber facilitado un encuentro de ese tipo. Al cabo de un buen rato, comencé a perder la paciencia con ese rol autoim- puesto de hacerme el extranjero ingenuo. Cada nueva afirmación mentirosa agrega- ba una capa de irritabilidad que finalmen- te eclosionó de la forma más imprudente. “¿Por qué no nos habla de cómo la ONU protegió a Ziad Abu Ein?” le interrumpí en cierto momento de su virtual soliloquio propagandístico. Su cuerpo se puso tieso, su mirada se heló, el aire se puso cortan- te. Los asistentes se miraron entre sí. El clima de cordialidad se había esfumado. Con la entrevista abruptamente finalizada, enfilamos de regreso a Israel. Mientras el chofer adepto a Hamas nos transportaba en un auto -que si mal no recuerdo era una cortesía del oficialismo palestino para con nosotros- yo procuraba mirar todo lo que podía por la ventana. Sabía que esa pri- mera visita a la Franja sería con seguridad la última. La reciente muerte súbita de Ziad Abu Ein tras un altercado con soldados israelíes trajo a mi mente este recuerdo de otros tiempos. Flor de carrerita había hecho. Comenzó militando en el Consejo Revolucionario de Fatah, la organización terrorista liderada por Abu Nidal, una de las facciones más radicales del movimien- to palestino. En 1979 efectuó una atentado en Tiberías, al atacar a un grupo de jóve- nes que estaban celebrando una festividad judía en el centro de la ciudad. Cuando una bomba estalló en medio de ellos, Boaz Lahav y David Lankri, de dieciséis años de edad, murieron, y otros treinta y seis resultaron heridos. Huyó a Estados Uni- dos, desde donde fue extraditado a Israel, en 1982. Ante el hecho, el Consejo Social y Eco- nómico de las Naciones Unidas protestó y la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución de condena contra Was- hington por haber accedido a la extradi- ción y solicitó su puesta en libertad. En Is- rael, Abu Ein fue enjuiciado y sentenciado a cadena perpetua. En 1985, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU conde- nó al estado judío por la continua deten- ción del palestino y exigió su liberación. Ese mismo año fue intercambiado por is- raelíes que estaban en manos del Frente Popular para la Liberación de Palestina. Con el advenimiento de la era Oslo, Ziad Abu Ein tuvo diversos cargos oficiales en la estructura del gobierno palestino hasta alcanzar el rango de ministro. Independientemente de cual haya sido la verdadera razón de su fallecimiento, tuvo un final acorde a su vida de resistente antiisraelí: murió enfrentando a las “tro- pas de la ocupación”. Ya tendrá un lugar asegurado en el panteón de los mártires palestinos. Ziad Abu Ein no fue el único terroris- ta legitimado por los Acuerdos de Oslo con su osada propuesta de que hombres y mujeres que por décadas se dedicaron al asesinato a sangre fría de niños judíos, podían transformarse en pacifistas. Mu- hammad Dahlan fue arrestado once veces por los israelíes y deportado a Túnez en 1988 por sus actividades violentas antes de que la magia de Oslo lo convirtiera en Jefe de Seguridad Preventiva en Gaza. Ji- bril Rajoub fue sentenciado a dieciocho años de prisión por haber arrojado una granada contra un micro israelí en 1968. Deportado a Túnez al inicio de la prime- ra intifada , en 1992 diseñó un plan para asesinar al entonces Ministro de Vivienda Ariel Sharon. Oslo mediante asumió como Jefe de Seguridad Preventiva en Cisjorda- nia. En 1972, Amín al-Hindi integró el equipo que planificó la masacre de atletas israelíes en las Olimpíadas de Munich del mismo año. Tocado por la varita de Oslo, a partir de 1994 se desempeñó como titu- lar de la Inteligencia Militar palestina. Y por supuesto, Yasser Arafat, terrorista de categoría mundial hasta 1993 y -tal el en- cantamiento de Oslo- presidente palestino y Nobel de la Paz al año siguiente. Esto puede ofrecer un indicio de por qué el proceso de paz fracasó. SEÑOR MENDEL ZELCER (Q.E.P.D.) Toda la Comunidad Tel Aviv de Villa Lynch lamentan el fallecimientode quien en vida fuera Maestro y Guía Espiritual de toda la Comunidad. Expresamos nuestro más sentido pésame a toda su Familia. 16 de Diciembre de 2014 / 24 de Kislev de 5775
The cookies we use on Flipsnack's website help us provide a better experience for you, track how our website is used, and show you relevant advertising. If you want to learn more about the cookies we're using, make sure to check our Cookie policy
We use essential cookies to make our site work for you. These allow you to navigate and operate on our website.
We use performance cookies to understand how you interact with our site.They help us understand what content is most valued and how visitors move around the site, helping us improve the service we offer you.
We use marketing cookies to deliver ads we think you'll like.They allow us to measure the effectiveness of the ads that are relevant for you.