Explore Flipsnack. Transform boring PDFs into engaging digital flipbooks. Share, engage, and track performance in the same platform.
From magazines to catalogs or private internal documents, you can make any page-flip publication look stunning with Flipsnack.
Check out examples from our customers. Digital magazines, zines, ebooks, booklets, flyers & more.
Pre-made templates to create stunning publications in minutes
Here are eight reasons why you should consider choosing interactive, digital flipbooks instead of boring and static PDFs. Check them out!
construye, se defiende, se sostiene y luego se logra. Dicen, quienes recuerdan aquellos tiempos, que mientras la fábrica estuvo abierta hubo menos robos y los noticieros daban más noticias buenas que de las otras. También aseguran que la gente enfermaba menos y entonces, médicos y enfermeras usaban el tiempo libre que tenían en concretar sus propios sueños. Los ahorros de Mario se iban acabando, mucho había invertido y nada ganaba, sin embargo él no pensaba en eso y seguía adelante. - Deberíamos empezar a cobrar ¿no le parece Mario? –Preguntaba, Tomás fiel colaborador. - De ninguna manera ¡Cobrar por ayudar a cumplir un sueño! ¡Ni soñando! - Las reservas se acaban, yo se lo que le digo –Insistió el joven. Sin embargo, Mario hizo oídos sordos a lo que decía su colaborador. Era consciente que ya casi no había dinero para sostener la fábrica en marcha, pero su deseo de seguir ayudando pudo más. Tomás trataba de ajustar lo más que podía el presupuesto, pero sabía que tarde o temprano, en realidad, más temprano que tarde, el dinero se acabaría por completo. - ¿Has visto Tomás? Esa joven ha encontrado el amor- Comentó entusiasmado, un día Mario. - No queda plata en el banco –Dijo el joven. - A propósito, se ha recibido de doctor Don Julio, a los setenta años. - Me alegra señor –respondió el joven. - Pues sonríe entonces ¿dónde está tu alegría? - No hay dinero señor, no lo hay ¿cómo podremos seguir? Mario no respondió. No toleraba la idea de perder la fábrica. Y llegó el día tan temido. La fábrica cerró sus puertas. Mario no fue el único que sufrió la pérdida, pero si fue el que más lo hizo. Sentado en lo puerta del gran edificio ya vacío, pensaba en que no había hecho las cosas bien y se culpaba por no haber escuchado a Tomás. Comenzó a invadirlo una gran sensación de fracaso. Al día siguiente de cerrar la fábrica, Tomás volvió a ella, sabiendo que encontraría a Mario, como siempre, como todos los días. Se sentó a su lado, en el umbral de la puerta. Mario no apartaba la mirada del suelo. - He fracasado – Dijo Mario sin mirar al joven. - Ya lo veremos – Respondió Tomás. Mario no entendió las palabras de su amigo, pero no tardaría en hacerlo. Con el tiempo comenzó a darse cuenta que la mayoría de las personas habían aprendido que soñar era mucho más que desear algo. Vio que el fruto de su esfuerzo se reflejaba en niños sanos, amores correspondidos, aplausos sentidos y gente feliz. Se dio cuenta que, a pesar de que la fábrica hubiese tenido que cerrar sus puertas, la gente no sólo no había dejado de soñar, sino que trabajaba con ahínco por lograr sus metas. No había sido en vano, no había soñado un sueño imposible. Había abierto en cada persona una puerta que ya no podría volver a cerrarse. Y entonces fue feliz, aún más de lo que había sido siempre. Fin
The cookies we use on Flipsnack's website help us provide a better experience for you, track how our website is used, and show you relevant advertising. If you want to learn more about the cookies we're using, make sure to check our Cookie policy
We use essential cookies to make our site work for you. These allow you to navigate and operate on our website.
We use performance cookies to understand how you interact with our site.They help us understand what content is most valued and how visitors move around the site, helping us improve the service we offer you.
We use marketing cookies to deliver ads we think you'll like.They allow us to measure the effectiveness of the ads that are relevant for you.