Tradicionalmente, se viene admitiendo que las funciones aplicables de los inventarios pueden resumirse en las siguientes categorías: – Información y conocimiento – Protección del patrimonio – Difusión/divulgación Sin embargo, desde nuestro punto de vista, a las funciones anteriormente mencionadas hay que aplicar una más: la formativa. En efecto, el inventario es un instrumento de gran influencia en la formación de profesionales tanto en materia de historia del arte como de conservación del patrimonio, pues obliga a un contacto directo con la obra de arte, a aplicar sobre la misma lo conocimientos teóricos adquiridos, a indagar en cuestiones técnicas y materiales, etc.