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Facultad de Educación y Humanidades de Melilla Antonio Guevara Martínez Fundamentos pedagógicos e historia de la escuela 124 menor grado ha habido una ruptura del orden establecido. Pero en Educación no se puede hablar de cambio en el momento de la desmembración del Imperio; hay que colocarla antes de este momento o después. Puede colocarse antes y el nacimiento de la Edad Media coincidiría con el resurgir de las escuelas inherentes a la fundación de las órdenes monásticas, donde se reglamenta un sistema educativo que en continua perfección se extenderá hasta el advenimiento de las universidades, aunque en su evolución haya momentos claves que den un giro genuino. Este estilo se iría manteniendo dentro de un lento caminar y los monasterios se constituyeron en centros de refugio de la cultura existente; soportan las invasiones, mantienen una tradición y prolongan su legado hasta el siglo IX que es el momento en que la tradición, pasando por Beda el Venerable, llega a Alcuino y de aquí a las escuelas carolingias. Así lo considera Gal cuando dice que «en ciertos momentos el estallido de una ola de invasiones hacía creer que todo había de perderse. Después del siglo VI apenas subsistían algunos centros de cultura en Inglaterra e Irlanda, pero bastaron para mantener la llama. Allí se inspiraron los primeros prerrenacimientos ». Decíamos que, educativamente, el nacimiento cíe la Edad Media podía también centrarse después de la caída del Imperio y sería en el momento que todo lo anterior tomara un nuevo cariz. Esto sucede cuando Alcuino se hace cargo de las escuelas carolingias, momento en que se une la tradición romana y las nuevas instituciones bárbaras. Se avecina un nuevo resurgir encabezado por las escuelas carolingias al frente de las que se erige la «Schola palatina» a donde el mismo emperador acude en sus etapas de descanso bélico para aprender a leer el latín y hasta astronomía, matemáticas y oratoria. Las escuelas han tomado una nueva vertiente y desde ahora la educación no estará monopolizada por los monasterios. No es extraño que Dante Morando coloque la Edad Media de la Educación entre los siglos IX y XIII, que es cuando aparecen y se desarrollan las organizaciones universitarias. Nosotros incluimos ambas etapas con el único propósito de enlazar con todo lo anterior. Se ha dicho muchas veces que la Edad Media representa una época de decadencia, y en ciertos momentos así fue debido en gran parte al olvido en el que cae la individualidad humana, supeditada a la concepción teocéntrica del mundo y la vida. Esta vida no cuenta para nada y lo fundamental es el Reino Eterno; de aquí nacen los temas de la muerte y la cortedad de la vida. Estas concepciones provienen de un dogmatismo exagerado que se acentúa en la primera parte de la Edad Media, cuando se toma conciencia de la facilidad de las desviaciones personales hacia la herejía. Este dogmatismo se proyecta a todo lo intelectual y encasilla a la persona en el espíritu de las Escrituras y documentos de los Santos Padres, a la vez que, como contrapartida, niega el pensamiento original. Otro aspecto negativo es el inmanentismo social. Nadie sale de su estado, allí nace y allí muere sin que haya intentado nada por salir de él. Los estamentos sociales se diferencian en cuatro grados: eclesiástico, caballeros, artesanal y agrícola que en muchas ocasiones son siervos de la gleba. Quizá sea el primero e1 más abierto a cualquier tipo de persona, pero mantiene siempre cierto recelo. También se achaca al Cristianismo el inmanentismo de las clases más bajas. Pero de nuevo hay que
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