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C MUNIDADES Página 2 22 de Octubre de 2014 / 28 de Tishrei de 5775 K Productos Kosher con supervisión rabínica C MUNIDADES Periódico Judío Independiente www.comunidades.delacole.com periodicocomunidades@gmail.com Domicilio postal: Casilla de Correo Nº 43 - Sucursal 1453 - Capital Federal - Teléfonos: 4864-8738 (por la tarde) Comunidades On Line: periodicocomunidades.com Editores y Directores Dr. Alberto J. Rotenberg Prof. Natalio F. Steiner Diseño y composición: Andrea Boass ann.dgyart@gmail.com 152 2450003 Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitrias. Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico. Sin mencionar su origen. Las notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores. Registro Propiedad Intelectual: Nro. 206.708 El Shalom Bait y las posturas contrapuestas Lic. Eduardo Alberto Chernizki / Analista comunitario ISIS y Estados Unidos bajo el prisma de Gaza Por Julián Schvindlerman / Analista político internacional Cierre de edición Nro. 573: 29/11/14 / OPINION / Como ya es tradicional en nuestra comuni- dad, sus instituciones realizan en los días previos a lom Kipur brindis con motivo del inicio del nuevo año judío. Debido a mi labor profesional concurrí a varios de ellos y en casi todos, por no decir en todos, escuché a dirigentes comunita- rios referirse al Shalom Bait (paz en la casa) que teniendo en cuenta el lugar y el momento en que fue dicho este concepto debe entenderse como paz y/o tranquilidad en la comunidad. Si bien este tipo de planteos no es para nada nuevo -normalmente se repite año a año-, en esta oportunidad me llamó la atención mucho más que en ocasiones anteriores debido a que en los próximos meses, por lo menos hasta los próximos Iamim Noraim no se prevé la elección de comisiones directivas en ninguna de las enti- dades centrales comunitarias. El rabino Shlomo I. Mizrahi, de la comuni- dad Or Mizrah, en el boletín semanal Nº 559 que edita la institución escribió: “Paz no se re- duce a estar en un lugar apacible, sin conflictos, sin problemas, ni incertidumbre. La paz ideal es, a pesar de estar en medio del entorno adver- so circundante, [que] permanezcamos en calma en nuestro interior”, basándose en la siguiente cita talmúdica “Ama la paz y búscala. Sobre esto dice Rab Simjá Bumen de Pashisja, citan- do a nuestros sabios: Busca la paz en tu propio ser interior”, para continuar el rabino Mizrahi diciendo: “La paz real no puede ser hallada en sitio alguno, fuera de uno mismo. Cuando el ser humano logra que la paz reine dentro de sí mismo, por más revuelo, tumulto, o turbulen- cias externas, la paz reinará y fluirá de adentro hacia afuera”. Siguiendo esta línea de pensamiento, y co- nociendo lo que sucede en las entidades centra- les comunitarias podríamos decir que en algu- nos casos la referencia al Shalom Bait describe la situación de las instituciones y en otras, en especial la AMIA, es un llamado y/o un deseo a encontrar la vía de entendimiento que la pro- duzca. Es cierto que en ocasiones las posturas con- trapuestas sobre cómo conducir una institución aparentan ser irreconciliables, y eso genera la carencia del Shalom Bait y enfrentamientos que en ciertos casos se convierten en personales y por lo tanto ahondan las diferencias entre quie- nes tienen la responsabilidad de conducirlas y aquellos que no concuerdan con ellos. La pregunta, para la cual no tengo respuesta, es si existe un camino intermedio que permita evitar las disputas que no terminen perjudican- do a la institución en primer lugar, y a la comu- nidad toda después. El rabino Tzví Grunblatt, en la reciente cele- bración porteña de Simjat Beit Hashoevá, dijo que el judío que cumple mitzvot “tiene la fuer- za de no dejarse impactar por lo que pasa alre- dedor”, lo que puede entenderse como que no es influido por el medio ambiente que lo rodea. ¿Es posible está última afirmación para aquellos que no mantenemos una forma de vida judía raigal?, es otra pregunta para la que no tengo respuesta, pues vivimos en una sociedad en la cual, debido a las luchas de poder, las pos- turas contrapuestas fluyen en forma constante y resulta muy difícil, por no decir imposible, no ser afectado por las disputas que las mismas generan; es decir que para cada caso acordamos con una y nos oponemos a la otra, pues el re- vuelo, el tumulto y las turbulencias externas nos afectan, y consciente o inconscientemente las reproducimos en el interior comunitario. Pero justamente en los actuales momentos, cuando el anti judaísmo ha salido a la luz en todos los lugares del orbe, y se escuchan diatri- bas contra el Estado de Israel el Shalom Bait se convierte en una imperiosa necesidad a fin de poder dar las respuestas adecuadas tanto a los miembros de la comunidad como a quienes, en el afuera comunitario, no tienen la completa in- formación sobre los hechos por los que se ataca a los judíos y al Estado de Israel, pues para esta tarea no deben existir posturas contrapuestas. Por último, ya en el plano personal, al ini- ciarse un nuevo año judío agradezco a los co- directores de Comunidades que me permitan expresar mis opiniones; y a los rabinos Mendy Kapeluschnik, Mendy Gurevich y Gad Pichel al igual que a todos los feligreses del Beit Jabad Once Litvische Shul y del miniám de la escuela Wolfsohn; a la señora Shoshana Stawsky y sus hijos; y a mis queridos amigos Esteban, Mar- cos, Laura y Rosita Ch. por las atenciones re- cibidas durante todo el año 5774 y también en los recientes Iamim Noraim, Sucot y Sheminí Atzeret. En su discurso ante la Asamblea Gene- ral de las Naciones Unidas, el primer mi- nistro de Israel Binyamin Netanyahu hizo una equiparación entre el grupo terrorista palestino Hamas y el ISIS (o Estado Is- lámico): “Ambos son ramas del mismo árbol venenoso” aseguró. Aunque logísti- camente no hay coordinación entre estos grupos, ni organigrama que los una, y cada cual tiene su nacimiento en una coyuntura y tiempo diferentes, y albergan ambicio- nes dispares, Netanyahu está en lo cierto: ideológicamente, Hamas e ISIS están her- manados en la Jihad. Ambos desprecian la “infidelidad” occidental. Ambosaspiran a erigir un califato islámico; en Palestina uno, en toda la región el otro. Y ambos son visceralmente violentos. En un sentido, la lucha de Israel contra Hamas encapsula la lucha universal del mundo libre contra el fundamentalismo islámico. Desde ya, muy pocos diplomáticos, periodistas y académicos se han mostra- do hasta el momento dispuestos a abrazar este postulado. Y en particular, muy pocos han elevado en relación a Estados Unidos y el ISIS el tipo de preguntas que han he- cho -con auténtica insistencia- en torno a la acción militar israelí en Gaza, princi- palmente: ¿Qué hay sobre las bajas civiles en los bombardeos de la coalición contra posiciones de ISIS en el Medio Oriente? La aviación estadounidense, respaldada por jets de las fuerzas aéreas de naciones árabes, europeas y otras ha estado bom- bardeando bases, campos de entrenamien- to, centros de arsenales y refinerías en ma- nos del grupo jihadista en la vecindad de varias ciudades sirias e iraquíes. Se ha re- portado sobre la muerte de terroristas, han surgido videos que muestran a militantes hurgando entre los escombros en busca de sobrevivientes, y hemos visto fotografías de enormes pilas de humo elevándose de zonas atacadas. Es probable que Washing- ton haya provocado la muerte a muchos más civiles árabes de los que ISIS haya matado a civiles norteamericanos, en tér- minos absolutos y proporcionales. No obstante, tal como Jonathan Tobin se sor- prendía hace poco en la revista Commen- tary, sabemos casi nada acerca de posibles muertes civiles en las zonas agredidas. Quizás no haya habido ninguna muerte civil. O quizás muchas. La verdad es que no tenemos idea porque quienes deberían estar planteándose eso no lo han estado haciendo demasiado. Lo cual es llamativo a la luz de la reciente preocupación que han mostrado por el sufrimiento árabe. Al menos en Palestina. La información ha girado en torno a la naturaleza bestial de ISIS, el tamaño de sus finanzas, la velocidad de su expansión, la timorata reacción de la Casa Blanca y las complejas alianzas regionales surgidas en la necesidad de dar respuesta. Todas ellas son legítimas preocupaciones geopolíti- cas. Este esfuerzo en comprender lo que está en juego estuvo enteramente ausen- te en la guerra Israel-Hamas. ¿Alguien se interrogó por el presupuesto operativo de Hamas? ¿Se informó debidamente acerca de su Carta fundacional genocida? ¿Se comentó cabalmente acerca de sus aso- ciaciones con Irán, Catar y Turquía? ¿De la provechosa economía de sus túneles? ¿Del centenar y medio de niños palesti- nos que murieron construyéndolos? ¿De su fenomenal zigzag organizacional en el contexto de las revueltas árabes? Estados Unidos está peleando en el lejano Medio Oriente en válido ejercicio de la doctri- na de la responsabilidad de proteger po- blación civil asediada y para preservar la estabilidad de la zona. Israel debió luchar contra el movimiento de resistencia islá- mico palestino en sus fronteras para pro- teger al 75% de su ciudadanía que estuvo expuesta a una lluvia incesante de misiles y -cuánto le cuesta al mundo admitir esto- para sobrevivir. Es posible que las preguntas que has- ta el momento no se han estado haciendo en relación a la guerra contra ISIS deban empezar a hacerse prontamente. Los ex- pertos militares llevan cierto tiempo ya advirtiendo que los jihadistas no podrán ser derrotados desde el aire y han acon- sejado una intervención con botas en el terreno. Apenas una ciudad iraquí, Mosul, tiene aproximadamente la misma pobla- ción de Gaza. No será difícil para los casi 35.000 hombres de ISIS ocultarse entre ci- viles e involucrar a los soldados enemigos en combate urbano, tal como los 20.000 miembros de Hamas han hecho con los israelíes. Quizás entonces empiece a asentar- se en el entendimiento mundial la cruda realidad y el terrible dilema de la pasada guerra en Israel y en Gaza.
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