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C MUNIDADES Página 2 K Productos Kosher con supervisión rabínica C MUNIDADES Periódico Judío Independiente www.comunidades.delacole.com periodicocomunidades@gmail.com Domicilio postal: Casilla de Correo Nº 43 - Sucursal 1453 - Capital Federal - Teléfonos: 4864-8738 (por la tarde) Comunidades On Line: periodicocomunidades.com Editores y Directores Dr. Alberto J. Rotenberg Prof. Natalio F. Steiner Diseño y composición: Andrea Boass ann.dgyart@gmail.com 152 2450003 Difundimos gratuitamente todas las actividades comunitrias. Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de este periódico. Sin mencionar su origen. Las notas firmadas no representan necesariamente el modo de pensar de los Directores. Registro Propiedad Intelectual: Nro. 206.708 Finalizando el 2014 Lic. Eduardo Alberto Chernizki / Analista comunitario Cortázar y el terrorismo de izquierda Por Julián Schvindlerman / Analista político internacional Cierre de edición Nro. 578: 07/01/15 / OPINION / Estamos terminando un año del calendario gregoriano y en ésta, mi última nota del 2014, he de referirme a dos hechos que en su mo- mento me impactaron, y que si bien no tienen relación entre sí, creo que marcan una posición que deberíamos tener presente. El primero de los hechos a los que me referiré es el involucramiento personal de un miembro de nuestra comunidad, Roberto Brzostowski, funcionario del Congreso Judío Latinoamerica- no, que reaccionó ante un hecho concreto: que la Real Academia Española no modificó una de las dos acepciones con que se define la palabra “judiada” (1- Acción mala, que tendenciosa- mente se consideraba propia de judíos. 2- Mu- chedumbre o conjunto de judíos) en la última edición, la 23ª, del Diccionario de la Real Aca- demia Española, pese a que desde hace décadas se le viene solicitando a la institución rectora de la lengua castellana que lo haga porque esa acepción como mínimo es judeofóbica. Brzostowski envía una “carta de lectores” manifestando su molestia por este hecho al dia- rio El País de España, que es publicada el 29 de octubre pasado, y envía una copia al diario La Nación de Buenos Aires, que es mencionada positivamente en una “nota de opinión” de Gra- ciela Melgarejo del 17 de noviembre. El segundo hecho es el acto realizado el 15 de diciembre último en ”Conmemoración de la salida y expulsión de los judíos de los países árabes e Irán”. El mismo se llevó a cabo en FE- SERA – Federación Sefaradí de la República Argentina, organizado en conjunto por esa ins- titución y la Embajada del Estado de Israel en Argentina. En junio pasado, el parlamento israelí sancionó una ley que establece que el día 30 de noviembre de cada año será conmemora- do en el Estado de Israel como el día en que oficialmente se inició la expulsión o la salida (en realidad mayoritariamente fue una expul- sión encubierta) de los judíos que vivían desde tiempo inmemorial en los países árabes e Irán; y la entidad central que en Argentina nuclea a los judíos de esos lugares del mundo, FESE- RA, adhirió a lo dispuesto en esa ley, y como decimos más arriba lo hizo 15 días después por razones de agenda. De lo que en ese acto expusieron el presi- dente de FESERA, Osvaldo Sultani y la emba- jadora Dorit Shavit surge claramente que esos judíos, al abandonar sus países de origen y tras- ladarse al Estado de Israel, se convirtieron en refugiados, pero a diferencia de los árabes, que siguiendo lo indicado por los gobiernos de los países que decían a fines de 1947 y a comien- zos de 1948 que iban a tirar a los judíos al Me- diterráneo, todavía hoy siguen siendo conside- rado refugiados por las Naciones Unidas, pues los países donde se afincaron los segregaron de sus propias poblaciones nativas recluyéndolos en campamentos que continúan existiendo casi 67 años después. Mientras tanto el recién nacido Estado de Israel, los refugio y absorbió, pese a lo cual no dejan de ser refugiados. La embajadora Shavit, en su corto discurso, lo dejó muy en claro mientras que Osvaldo Sul- tani planteó la necesidad que en el 2015 este acto conmemorativo sea de mayor envergadura. Pero al decirlo Sultani, quienes estábamos presentes y conocemos la comunidad, obser- vamos no sólo las presencias sino también las ausencias. FESERA asumió la responsabilidad de or- ganizar esta conmemoración y lo hizo, inician- do de esa forma un compromiso al que, por lo menos, el resto de las instancia centrales deben compartir como también aquellas que fueron fundadas por judíos que llegaron al país en la primeras dos décadas del Siglo XX. Roberto Brzostowski, por su parte, reaccio- nó activamente frente a un hecho judeofóbico, que seguramente muchos de la comunidad -no- sotros no nos excluimos- ni siquiera estábamos enterados: que la Real Academia Española no aceptó las peticiones para que esa acepción fuera eliminada. Tanto Brzostowski como FESERA, por in- termedio de sus máximos dirigentes, no se que- daron de brazos cruzados, se movilizaron cada uno de acuerdo a sus posibilidades. Si cada uno de nosotros, que transitamos la “calle judía” frente a lo que nos molesta, o nos necesita, hiciéramos lo mismo, quizás la perspectiva del 2015 para la comunidad judía de Argentina sería diferente a lo que muchos pronostican: un año en que la “interna” comu- nitaria será lo que la movilizará en lugar de la preservación de los valores que nos distinguie- ron como pueblo. Hallé el texto de manera inesperada. Entré a una librería porteña que ofrece mucho de mú- sica y filosofía buscando bibliografía sobre Ri- chard Wagner y me topé con un librito editado en España de portada agradable, título atracti- vo - Corrección de pruebas en Alta Provenza de Julio Cortázar- y un sticker redondo con la palabra “inédito” en su centro que capturó rá- pidamente mi atención. Pasaron varios meses hasta que me senté a leerlo, recordando una frase que me regaló antaño Marcelo Birmajer cuando le compartía mi sentimiento de culpa por comprar más libros de los que leo. “Los libros son como los vinos”, me dijo entonces inmutable, “se ponen en la biblioteca y se to- man en el momento adecuado”. Mi momento para este breve texto de Cor- tázar llegó hace muy poco tiempo, en ocasión de su aniversario centenario. En sus páginas el autor relata la experiencia de corregir las prue- bas del Libro de Manuel antes de entregarlo a la editorial. Para ello, el célebre escritor se su- bió a una camioneta Volkswagen, se abasteció de alimentos y partió a recorrer La Provenza con el manuscrito a su lado. Me pareció una divertida coincidencia que Cortázar llamara a su vehículo Fafner, el mítico dragón del Anillo de los Nibelungos , inspirado en la letra F de la patente (que era por Francia) y en honor a “mis obstinadas predilecciones wagnerianas”. Pero ahí se detuvo el divertimento. Sería cuestión de algunos minutos adicionales de lectura nomás toparme con unas observaciones desafortuna- das sobre la matanza en las Olimpíadas de Mu- nich (en las que un comando palestino masacró a once atletas israelíes) que lo sorprendieron en plena corrección de pruebas. La primera insinuación de algo fastidioso la encontré aquí: “apenas despierto, la radio me trajo la noticia de los dieciocho muertos de Múnich, la increíblemente torpe carnicería cumplida por un dispositivo policial que razo- nes de todo género permitían imaginar como uno de los paradigmas del género”. La indigna- ción puesta en la medida contraterrorista y no en la acción terrorista inicial preanunciaba un desorden moral al que se sumaba una fantasía conspirativa: “Poco se sabía lo que realmente había ocurrido, y poco sabemos hoy aunque el mosaico ya esté bastante bien armado para el que sepa ver; pero eso no importaba frente a la rápida, la astuta, la eficacísima puesta en mar- cha del condicionamiento de la masa colgada de receptores y diarios”. Habiendo establecido que la policía es torpe y responsable y que la prensa es manipuladora, seguía Cortázar: Pero cómo no vomitar frente a los que llora- ban sobre el micrófono por un atentado que in- terrumpía brutalmente “la tregua, la paz de los juegos olímpicos en esos días en que los pue- blos olvidan sus diferencias y sus querellas”, textual, viejito. ¿Tregua, olvido de querellas? Hay que ser miserable para articular una frase parecida, hay que ser cínico para volcar sin el menor retaceo la culpa del terrorismo y su san- gre en los grupos y los comandos que lo llevan a cabo; pero la máquina funciona bien, rápida- mente se aprietan las teclas de la sensibilidad epidérmica, y entonces el genocidio cotidiano, Vietnam o Biafra, los ahorcados de Turquía y los fusilados de Irán, los 20 años de miseria y de vergüenza de los refugiados de Palestina, la exterminación sistemática en Guatemala, todo eso pasa a un plano nebuloso… Estamos en Francia en los comienzos de los años setenta y la pluma es de un intelectual de izquierdas exiliado de Sudamérica; excusar a los perpetradores de sus actos de violencia es de rigueur para la intelligentsia de la época. Cor- tázar refuerza la noción de la nula culpabilidad de los asesinos de Múnich con una frase que re- cuerda de una revolucionaria brasilera: “Es ne- cesario darse cuenta de que la violencia-ham- bre, la violencia-miseria, la violencia-opresión, la violencia-subdesarrollo, la violencia-tortura, conducen a la violencia-secuestro, a la violen- cia-terrorismo, a la violencia-guerrilla ; y que es muy importante comprender quién pone en práctica la violencia: si son los que provocan la miseria o los que luchan contra ella…”. Las causas del terrorismo: un clásico del género de la apología. Okay con Vietnam y Biafra y Turquía y el Irán de Pahlevi y Palestina y Guatemala. Pero, ¿qué hay sobre Cuba? ¿O China? ¿Y la Unión Soviética? ¿O los represivos regímenes de Asia? ¿Y qué sobre las dictaduras árabes? ¿No hicieron miserable las vidas de muchos, acaso, Fidel Castro, Joseph Stalin, Mao Ze- dong, Muhamar Gadafi, Pol-Pot? No hay ol- vido en el autor de Rayuela , sino justificación. Con esa perene habilidad progresista para ver maldad sólo en la derecha, escribe: “¿Pero a quién la gusta la violencia por sí misma? ¿Le gustaba a Trotski, le gustaba al Che? Sólo los nazis (que constituyen para mí una especie de Continúa en Página 10 30 de Diciembre de 2014 / 8 de Tebet de 5775 Hay que ser cínico para volcar sin el menor retaceo la culpa del terrorismo y su sangre en los grupos y los comandos que lo llevan a cabo… -Julio Cortázar, septiembre de 1972.
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