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Luna Emmanuel Castillo Arteaga. Ella era tímida, de la luz se escondía. Su voz era de esas voces que al escucharla te atrapaba, tenía un timbre tan suave pero tan presente que cada palabra que salía de sus labios te acariciaba. Nunca me dijo su nombre de verdad, supongo que temía perder el misterio que la rodeaba. Tampoco pude preguntarle su edad, tenía la cara de una joven pero la mirada de aquella persona que vivió mucho. Ella era un conjunto de muchas cosas nuevas para mí, cosas que nunca supe que existían pero que de repente quería vivir. Ella era para mí. Era un martes y recién acababa de llegar a mi casa de la escuela, tuve un día muy pesado. Eso de estar rodeado de tantas personas tan… comunes no me produce ningún bien. Aguanté todos los días del semestre como si no fuera nada, como si fuera parte de aquella masa homogénea que llamaban amigos, parte de lo que siempre me causó conflicto; un grupo. En esos momentos de mi vida, la vida que yo conocí y amé se quedó muy atrás, desde que las personas que alguna vez amé y las cosas que me hacían sentir vivo tuvieron que recorrer caminos muy distantes al mío, estaba solo y no me gustaba. Sentía como me ahogaba. En fin, ese martes fue distinto a todos los que había vivido en esa etapa, mientras paseaba a mi nuevo mejor amigo Zato, un enorme Akita Japonés que era de una conocida pero que yo amaba como si fuera mío, el empezó a correr tras otro perro y tuve que alcanzarlo. Pasó un rato en lo que pude mantener su ritmo y fue cuando me detuve a descansar en una fuente que había cerca. Esa fuente me agradaba pues se había convertido en el lugar al que yo iba a pensar cada que estaba con Zato, lo cual era diario. Ir a pensar ahí acerca de la vida que tuve y que probablemente no regresará me hacía sentir tan miserable, tan desdichado e incapaz de volver a sentir emoción alguna. Mi rutina se resumía en fingir sonrisas, aguantar multitudes, pasear a mi mejor amigo y recordar. Así siguió mi historia durante un buen tiempo, hasta que un día de regreso a casa de Zato me encontré con alguien de mi pasado. Alguien a quien no había visto desde antes de que mi vida empezara, alguien a quien siempre quise pero nunca pude tener.
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